quinta-feira, maio 27, 2004
"Even Amidst Fierce Flames, The Golden Lotus Can be Planted"
Mad Girl's Love Song
"I shut my eyes and all the world drops dead;
I lift my lids and all is born again.
(I think I made you up inside my head.)
The stars go waltzing out in blue and red,
And arbitrary blackness gallops in:
I shut my eyes and all the world drops dead.
I dreamed that you bewitched me into bed
And sung me moon-struck, kissed me quite insane.
(I think I made you up inside my head.)
God topples from the sky, hell's fires fade:
Exit seraphim and Satan's men:
I shut my eyes and all the world drops dead.
I fancied you'd return the way you said,
But I grow old and I forget your name.
(I think I made you up inside my head.)
I should have loved a thunderbird instead;
At least when spring comes they roar back again.
I shut my eyes and all the world drops dead.
(I think I made you up inside my head.)"
Sylvia Plath
"I shut my eyes and all the world drops dead;
I lift my lids and all is born again.
(I think I made you up inside my head.)
The stars go waltzing out in blue and red,
And arbitrary blackness gallops in:
I shut my eyes and all the world drops dead.
I dreamed that you bewitched me into bed
And sung me moon-struck, kissed me quite insane.
(I think I made you up inside my head.)
God topples from the sky, hell's fires fade:
Exit seraphim and Satan's men:
I shut my eyes and all the world drops dead.
I fancied you'd return the way you said,
But I grow old and I forget your name.
(I think I made you up inside my head.)
I should have loved a thunderbird instead;
At least when spring comes they roar back again.
I shut my eyes and all the world drops dead.
(I think I made you up inside my head.)"
Sylvia Plath
terça-feira, maio 25, 2004
Nada como recordar o aniversário de alguém especial.. :õ)
Estive sempre sentado nesta pedra
escutando, por assim dizer, o silêncio.
Ou no lago cair um fiozinho de água.
O lago é o tanque daquela idade
em que não tinha o coração magoado
( porque o amor, perdoa dizê-lo
dói tanto! Todo o amor. Até o
nosso, tão feito de privação ).
Estou onde sempre estive,
à beira de ser água
envelhecendo no rumor da bica
por onde corre apenas o silêncio.
Eugénio de Andrade
escutando, por assim dizer, o silêncio.
Ou no lago cair um fiozinho de água.
O lago é o tanque daquela idade
em que não tinha o coração magoado
( porque o amor, perdoa dizê-lo
dói tanto! Todo o amor. Até o
nosso, tão feito de privação ).
Estou onde sempre estive,
à beira de ser água
envelhecendo no rumor da bica
por onde corre apenas o silêncio.
Eugénio de Andrade
segunda-feira, maio 24, 2004
LUNES
Las seis de la mañana
partiendo a gritos del reloj: de nuevo
la catedral de luz derribará sus muros
sobre mi caminante corazón
que descansaba.
Odio como a un burgués la fuga de las sábanas.
No es por el frío, que no existe.
No es por el miedo al ojo agazapado
donde el farol,
anoche,
crucificó la sombra.
Ni siquiera es por ti,
ni por tu sexo que estalla en las manos,
tu descubierta gruta
recién muerta en el agua.
Es
—oh indeterminación
que un año azul y roto se merece—
la sensación antigua como mi puño izquierdo
o mi añorada comprensión de los pájaros:
el ojo junto al hombro, sin suplicar siquiera,
la mano hacia la cara de nueva piedra que alzo,
la vida que me pide,
la miserable savia que reconozco en mí.
Habría tenido, digo yo, que venir,
—no al mundo de los títeres, costureros de seda,
rudas botellas de ginebra como hospitales de la sed,
no al mundo que me das o al te doy,
pan deleznable, campo
para el cuchillo de la mermelada—
habría tenido que venir, repito,
como un desnudo incendio
hasta el reseco bosque donde me aterro sin gritar,
como un rudo torrente para la arena débil,
como aquel árbol que exige sangre de la tierra dormida,
reclamo de preñez contra la fuga,
contra la inmóvil lágrima
y la potente desesperación…
Pero, tempranamente,
vine como soy,
con manos desangrables,
con miedo,
con amor,
con cuatro lunes cada mes.
Y creo
que de no ser por este corazón,
por este palpitante planeta musical,
ya me habría marchado a tratar de morir.
Con todo,
no querría olvidarme de la risa…
Roque Dalton García
Las seis de la mañana
partiendo a gritos del reloj: de nuevo
la catedral de luz derribará sus muros
sobre mi caminante corazón
que descansaba.
Odio como a un burgués la fuga de las sábanas.
No es por el frío, que no existe.
No es por el miedo al ojo agazapado
donde el farol,
anoche,
crucificó la sombra.
Ni siquiera es por ti,
ni por tu sexo que estalla en las manos,
tu descubierta gruta
recién muerta en el agua.
Es
—oh indeterminación
que un año azul y roto se merece—
la sensación antigua como mi puño izquierdo
o mi añorada comprensión de los pájaros:
el ojo junto al hombro, sin suplicar siquiera,
la mano hacia la cara de nueva piedra que alzo,
la vida que me pide,
la miserable savia que reconozco en mí.
Habría tenido, digo yo, que venir,
—no al mundo de los títeres, costureros de seda,
rudas botellas de ginebra como hospitales de la sed,
no al mundo que me das o al te doy,
pan deleznable, campo
para el cuchillo de la mermelada—
habría tenido que venir, repito,
como un desnudo incendio
hasta el reseco bosque donde me aterro sin gritar,
como un rudo torrente para la arena débil,
como aquel árbol que exige sangre de la tierra dormida,
reclamo de preñez contra la fuga,
contra la inmóvil lágrima
y la potente desesperación…
Pero, tempranamente,
vine como soy,
con manos desangrables,
con miedo,
con amor,
con cuatro lunes cada mes.
Y creo
que de no ser por este corazón,
por este palpitante planeta musical,
ya me habría marchado a tratar de morir.
Con todo,
no querría olvidarme de la risa…
Roque Dalton García